Lo que importaba de las películas de los 80 era la historia que nos contaban, y no los altos contrastes y efectos resultones. Es por lo que prefiero las fotos menos contrastadas, con un toque fílmico de los ochenta y noventa, porque son las historias que anidan en mi recuerdo, en mi memoria. Como las fotos de mi familia.
El excesivo contraste e intensidad de las imágenes en HDR (alto rango dinámico) me produce sensación de irrealidad onírica, o pintura impresionisa. Son bellas, y desde luego no discuto el que sean mejores ni peores, para nada. Simplemente me gusta el estilo de la película de los años ochenta o noventa.
Así que a mis fotos también les aplico ese estilo y edición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario