Retratista
a domicilio
Últimamente
he cambiado la forma de retratar a gente. Antes los hacía en casa, en donde
tenía montado un pequeño y sencillo estudio. Sin embargo, he descubierto que
resulta más interesante ir a sus casas y tomar el retrato de estudio en su
hogar, donde más cómodos se sienten, siempre hay algún rincón idóneo para hacer
esa tarea. Mi experiencia me ha demostrado que cada hogar está repleto de
rincones iluminados, fondos interesantes, zonas de reposo y de juegos, cantidad
de lugares donde puedes fotografiar en pose relajada a nuestro protagonista. La
pose relajada y tranquila se consigue en un lugar donde la persona se siente
cómoda, un espacio que conoce, sacarla de allí para llevarla a un estudio puede
acabar resultando contrario a mi
pretensión, es difícil que pueda sentirse cómodo durante la sesión, no olvido
las personas que retrato no son modelos profesionales, no están acostumbrados a
eso, sin embargo todos tienen algo interesante que contar, una historia por
descubrir, y ese es mi trabajo, descubrir sus luces y sombras, su historia, y
lo hago a través de mi lenguaje, de la fotografía.
En
sus casas son los reyes y señores, y yo el extraño, pero me adapto. Cuando
llego a casa de la persona a retratar lo primero que hago, además de saludar
claro, es concentrarme en buscar un lugar propicio para la foto, bien iluminado
o con sombras tenues, o profundas según la personalidad, un fondo interesante,
para eso las bibliotecas son lo mejor. Y luego charlo un poco con el modelo,
así conoces mejor sus intereses y gustos, su profesión, vas captando su
esencia, imaginándote su historia y creas un marco en tu mente sobre el que vas
construyendo su personaje, puede salir mejor o peor, pero me parece la mejor
forma en la que puedo trabajar, la más sincera para mi estilo.
Y
claro, el café, no puede faltar un buen café que compartir mientras trabajo…
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